martes, diciembre 13, 2011

Momentos estelares de la humanidad, de Stefan Zweig

Editorial Acantilado, 306 páginas. Leído en catorce trocitos

Los 14 momentos estelares de la humanidad que ha elegido Stefan Zweig para crear este libro se distribuyen a lo largo de aproximadamente 2000 años, desde Cicerón hasta 1919. Las escenas están ordenadas por orden cronológico, lo que me hizo pensar, antes de comenzar el libro, que se trataría de un recopilatorio de acontecimientos históricos. Pero Stefan considera como momentos estelares no sólo batallas u otros puntos de inflexión en la línea de la Historia, sino también sucesos relacionados con la creatividad artísitica, con la exploración o incluso el emprendimiento. Me pareció de lo más acertado incluir esta variedad en los momentos estelares de la humanidad, aunque sinceramente eché en falta alguna escena sobre descubrimientos científicos. Probablemente este filtro fuera inconsciente: Zweig otorga un carácter místico a los momentos de inspiración y creación artística, los enlaza con la religión y casi el milagro, y probablemente por esta razón le costara ver la misma chispa creativa en la ciencia, por no necesitar explicación divina.

Han sido páginas entretenidas por las que han desfilado conquistadores españoles como Vasco Núñez de Baolboa, artistas como Händel, genios militares como Napoleón, emprendedores como Cyrus W. Field o intrépidos exploradores como el capitán Scott y sus compañeros de expedición en el Polo Sur. Todas estas "miniaturas históricas" contadas con un estupendo estilo narrativo, haciendo compatible la literatura con el rigor histórico. En todo momento se siente la fuerza de la realidad y por eso las escenas narradas son desgarradoras, ni el distanciamiento en el tiempo ni en la geografía consiguen ocultar que se trata de escenas reales para restarles fuerza.

La lectura de libro me ha llevado a hacer ciertas cosas como echar alguna mirada al globo terráqueo para ubicar las escenas, buscar en Spotify el mesías de Händel o volver a escuchar los "héroes de la Antártida" de Mecano. Pero, sin duda, la escena más potente, la más inmersiva, la más fascinante de todas las de este libro es la estupenda narración de la conquista de Bizancio, un texto absolutamente cinematográfico y un momento histórico verdaderamente estelar.

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miércoles, marzo 10, 2010

Las brujas, de Roald Dahl

Editorial Alfaguara
200 páginas.
Leído dos veces

En el colegio tuve suerte: nos mandaban para leer libros infantiles. Nada de El Quijote ni atrocidades así que a esa edad pueden llevar más a odiar que a disfrutar de los libros. De hecho, creo que las lecturas que mandaban ni siquiera eran obligatorios.

Una de estas recomendaciones, allá por sexto de EGB, fue "Las brujas" de Roald Dahl. Lo leí entonces y lo he vuelto a leer la semana pasada.

Esto de releer de mayores obras que ya leímos en su día de niños es muy interesante. Lo he hecho con "Jim Botón y Lucas el maquinista", con "La historia interminable" o con "Boris", y seguro que lo haré con otros como "Robi, Tobi y el aeroguatutú" o "El Superzorro". Pero hoy toca hablar de "Las brujas"

El libro es de los naranjas de Alfaguara, la edición antigua (del 89), ahora por supuesto sigue reeditándise y está disponible con el diseño moderno (aquí podéis ver la portada). Las ilustraciones de Quentin Blake son muy buenas y la edición moderna mantiene el mismo dibujo de portada.

Lo que de niño es un libro con bastante entidad, de nada menos que 200 páginas, de mayor se convierte en un librito que apenas dura unos viajes de autobús. La acción principal que se cuenta transcurre en un solo día. De niño uno tiende a adaptar el tiempo de la ficción al tiempo de su propia realidad (al menos a mí me pasaba), es decir, si paraba la lectura un día para continuar al día siguiente, los personajes también se iban a dormir y cuando al día siguiente continuaba con las lecturas asumía en cierto modo que también para ellos había pasado un día. Así que me he llevado una sorpresa al ver la sencillez de la trama. El recuerdo que tenía era de algo más dilatado en el tiempo. La estructura, muy simple, tiene tres partes: antecedetes, aventura y cierre.

  • Antecedentes: el gran acierto de este libro está precisamente en esta primera parte, que dura muy poquitas páginas, pero que es crucial porque nos advierte de que las brujas existen realmente, explica qué cosas horribles son capaces de hacer y, lo más importante, da a los lectores las claves para reconocerlas. Aunque esto no forma parte como tal de la historia, engancha asombrosamente.
  • Aventura: ocurre en un sólo día, pero ocupa casi todo el volumen de páginas del libro. Cuenta cómo un niño y su abuela hacen frente a la terrible Asociación de Brujas de Inglaterra, esta parte tiene su propio planteamiento, nudo y desenlace.
  • Cierre: tras el desenlace de la aventura, quedan algunas cosas que explicar, algunos cabos sueltos que se cuentan aquí.
En definitiva, se trata de una novela de estructura tremendamente simple, pero muy bien construída y contada. Quizá por eso tenga versión cinematográfica. El libro está contado en primera persona, dice algunas frases geniales como "los niños no deberían bañarse nunca", enseña a amaestrar ratones y no tiene inconvenientes en que un personaje fumador sea bueno (¿os habéis dado cuenta de que en Holywood sólo fuman los malos???). Todos esos ingredientes crean una complicidad inmediata con el lector niño.

Otra parte muy atractiva, además de la información general acerca de las brujas que se da en la primera parte del libro, es la explicación con todo detalle (dibujos incluídos) de una receta de poción mágica de brujas. Es una parte ritual que resulta de lo más enriquecedora para la novela. Es una temeridad publicar este tipo de recetas en un libro para que estén al alcance de todos, pero afortunadamente los ingredientes no son tan fáciles de encontrar: garra de cascacangrejos, huevo de pájaro gruñón, pico de chismorrero, trompa de espurreador, lengua de saltagatos... Creo que es la parte más divertida del libro.

De niño también tenía la tendencia a enfrentar la realidad en parejas: el día y la noche, los niños y los mayores, el colacao y el café, el fútbol y el baloncesto, etc. En escritores, eran Michael Ende y Roald Dahl los "enfrentados". Desde luego son planteamientos literarios diferentes, y me quedo con Dahl por su parte transgresora, esa que crea tanta complicidad. Creo que de niño era más de Ende... ¿a quién os pedís vosotros?

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miércoles, enero 27, 2010

Cuentos de Fútbol, de varios autores

Editorial Alfaguara
376 páginas.
Leído mientras jugaba el Alcorcón

"Cuentos de fútbol" es un libro de cuentos sobre fútbol. Parece una obviedad, ya lo sé, pero pensad que un libro titulado "cuentos de cine" puede interpretarse como cuentos sobre cine o como cuentos especialmente buenos. Por si acaso llega el día en que la expresión "ser de fútbol" signifique algo, ahí queda la aclaración.

La casualidad quiso que, durante los pocos días que me duró la lectura de este libro, ocurriera la victoria del Alcorcón sobre el Real Madrid en copa del rey. Leía "Cuentos de Fútbol" en el autobús por las mañanas, muy temprano, de camino al trabajo. Coincidían conmigo en el mismo autobús las señoras que van a diario a Madrid a trabajar en la limpieza. Y durante esos días, en lugar de hablar de sus hijos, del tiempo o de la televisión, hablaban de fútbol, del equipo de su ciudad, el Alcorcón. Algunos de los diálogos que escuché entre estas señoras merecerían sin duda un lugar entre las páginas de este libro por su transparencia, por su resumen en dos renglones de la condición humana y porque me permitieron escuchar comentarios tan sensatos como audaces sobre el fútbol, de lo deportivo y de lo extradeportivo, sin la mediocridad, planicie y sensacionalismo a los que nos tienen condenados los periodistas de fútbol (llamarles "periodistas deportivos" sería sobreestimarles)

El prólogo y la selección de los cuentos que incluye el volumen corren a cargo de Jorge Valdano. El prólogo, perfecto. La selección, pues sólo decir que estoy seguro de que Valdano sería mucho mejor seleccionador de jugadores de fútbol que de cuentos. El libro contiene una mayoría de cuentos de primerísima división, como "El tiempo indeciso" de Javier Marías, "19 de diciembre de 1971" de Roberto Fontanarrosa y muchos más. Pero sin embargo se mezclan con algunos que, para mi gusto, son sólo de segunda división, como "Cuando los balones se volvieron invisibles" de Fulgencio Argüelles. Digo que Valdano no es un buen seleccionador de cuentos porque, además, ha colocado el peor cuento de todos en primer lugar, lo que equivale a poner al portero de delantero. Un lector está perfectamente justificado si alrededor de la página 30 del libro decide no seguir adelante y buscar otras cosas que leer. Pero si hiciera esto sería un grave error. Además de descartar numerosos cuentos de primera, se perdería, sobre todo, un cuento absolutamente galáctico: "El césped" de Mario Benedetti. De este cuento diré que es uno de los mejores que he leído nunca.

"Cuentos de Fútbol" demuestra que no hay temas buenos ni temas malos para la literatura, sino literatura buena y literatura mala, y que el fútbol es un escenario absolutamente válido para contar buenas historias, que permite desarrollar personajes, tramas, pasiones y todo lo que necesita la literatura de calidad. Es, sin duda, una lectura muy interesante.

¡Gracias, Javi, por prestármelo!



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domingo, octubre 04, 2009

La isla del tesoro, de Robert Louis Stevenson

Editorial Espasa
Sólo 184 páginas.
Leído en septiembre de 2009

La isla del tesoro es, posiblemente, uno de los libros que mejor defienden el género de aventuras. Es tremendamente divertido desde la primera página. El narrador se detiene poco en descripciones, sólo lo justo para crear la atmósfera de mar y piratas que envuelve la novela, y lo demás es acción. La trama está muy bien trabada, en eso le podemos poner un diez. Los personajes, aparte de John Silver, me parecieron un poco desdibujados. Sobre todo la tripulación, aunque cada uno tiene dedicados sus párrafos y juega sus cartas a lo largo de la novela, el conjunto es más bien coral.
Surcar las páginas de este libro es como hacer un viaje al origen de todas las historias de piratas. La isla del tesoro tiene esos ingredientes que luego hemos visto repetidos miles de veces: tiene un mapa con una X que indica un tesoro, una isla desierta, una misión, un pirata con la pata de palo, la Jolly Roger o bandera de la calavera y barcos. También tiene todo el encanto de esa época en la que convivían armas blancas con las primeras armas de fuego. La verdad, no sé si esta época llegó a ser larga en la Historia, pero desde luego la literatura está más que excusada si juega a estirarla: las posibilidades de plantear conflictos con ambos tipos de armas son casi infinitas, desde el cuerpo a cuerpo en un duelo hasta el cañoneo y la puntería. En definitiva, cuenta con ingredientes de primera calidad para cocinar una buena aventura. Y sin embargo, le falta algo, al igual que faltaba en “El Hobbit”: un personaje femenino. En la isla del tesoro los podemos contar con los dedos de una mano, y nos sobrarían, y además son personajes escondidos aún detrás de los secundarios. En realidad, no cambiaría ni una coma de esta novela, simplemente me gusta plantear el debate entre la aventura y los sexos, ¿por qué generalmente los libros de aventuras sólo tienen personajes femeninos secundarios? No sé si puede ayudar decir que La isla del tesoro fue escrito hace más de un siglo.
El volumen es muy apropiado para leer en el metro o en el autobús, que es donde lo he hecho yo. La isla del tesoro no pesa nada y se lleva cómodamente. Me sorprende ver a uno de cada tres lectores de transporte público acarreando alguno de los libracos de Stieg Larsson, ¡me dan ganas de invertir en empresas que vendan eBooks! Una confesión, el hecho de llevar en público un librito tan fino me ha hecho sentir íntimamente rebelde y me ha causado bienestar y orgullo ser uno de los que no leemos Stieg Larsson. Que conste que no tengo nada en contra de Millenium, y que yo he sido el primero en cargar con los sucesivos volúmenes de Harry Potter de acá para allá. Pero la rebeldía no siempre tiene lógica y llevar la contraria es extrañamente satisfactorio.
Os invito a conocer al pirata “patapalo”, os gustará, ¡tenedlo por seguro!

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viernes, junio 26, 2009

Los hombres que no amaban a las mujeres, de Stieg Larsson.

Editorial Destino (ISBN 978-84-233-4044-6).
672 páginas.
Leído... por curiosidad.

Pues exactamente como digo arriba, me pico la curiosidad de ver por que había vendido tantísimos ejemplares, por que tenía tantos seguidores y porque había creado tanta expectación la película. Leí la sinopsis y me dije "A pues puede ser entretenido", le robe su ejemplar a mi novia y me dispuse a leerlo, no os voy a contar mucho, si creéis que os puede interesar leerlo, leed la sinopsis o aproximadamente las primeras 300 páginas del libro, al fin y al cabo pasa lo mismo.

El libro trata sobre como contratan a un periodista que ha sufrido un revés, para resolver el caso de la desaparición de una niña hace muchísimos años y que la policía no ha sido capaz de resolver. Luego aparte hay mas historias que sirven para presentar personajes que hacen más amena la lectura al no estar siempre centrado en lo mismo, con lo que te da un respiro para que tu pienses sobre lo que realmente la ha pasado a la "pobre" Harriet o para que pienses que realmente te vas a leer ese tocho y no va a pasar nada.

La verdad es que aguantar merece la pena, el libro es bueno, y a partir de que se acaba la sinopsis (sobre la pagina 300) engancha bastante, también es verdad que en todas esas primeras páginas hay algún acontecimiento por parte de Lisbeth Salander que hace un poco mas amena la espera.

Solo un pero le pongo al libro, no se han dado cuenta que la gente que lee libros no tiene por que saber inglés, a mi parecer unas notitas al pie para traducir las expresiones en inglés son necesarias para enganchar a todas esas personas que no conocen el idioma y que muy probablemente se harten de ver pensamientos que no entienden.

Os puedo asegurar, aunque no os lo creáis, que Sally esa chica socialmente inadaptada, extremadamente delgada, de pechos pequeños, con el cuerpo lleno de tatuajes y de piercings y con muy mal humor, al final se hará un hueco en vuestros corazones. En el mio por lo menos si se lo ha hecho y por eso voy a seguirla en los dos volumenes que quedan de Millenium.



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